La Cirugía MIS (Minimal Invasive Surgery), también llamada cirugía percutánea o microcirugía, consta de un conjunto de gestos quirúrgicos encaminados a corregir deformidades y patologías del pie, devolviendo al pie su funcionalidad biomecánica.

Minimización de dolor y tiempos de recuperación

Regresa a casa caminando sin muletas ni bastones

La Cirugía Mínimamente invasiva se realiza bajo anestesia local, lo que produce una interrupción momentánea de la sensibilidad del pie.

Una vez finalizada la intervención, el paciente se va caminando a casa con un vendaje y un calzado postquirúrgico.

Microincisiones de 2 a 5mm

Con estas pequeñas incisiones logramos las correcciones quirúrgicas sin agredir otras estructuras que están fisiológicamente sanas, de esta manera se disminuye la sensación de dolor e inflamación postquirúrgica y obtenemos cicatrices casi inexistentes y muy estéticas. .

Por medio de estas microincisiones se introduce el material quirúrgico necesario y diseñado específicamente para estas técnicas quirúrgicas.

La no visualización del campo operatorio obliga a tener un gran conocimiento de la anatomía del pie y, con la utilización del fluoroscopio (rayos X de baja radiación), nos permite visualizar, los gestos quirúrgicos y las estructuras óseas a corregir en tiempo real.

Procedimiento sin compromiso vascular

En los procedimientos que se realizan por cirugía MIS no son necesarios los manguitos de isquemia o hemostasia, ya que el sangrado en el proceso quirúrgico en mínimo, produciendo un menor daño en los tejidos y un menor daño vascular, lo cual disminuye el riesgo de Trombosis venosa profunda.

El no utilizar hemostasia y minimizar el compromiso vascular durante la actuación quirúrgica, se pueden plantear tratamientos mínimamente invasivos en pacientes que sufran algún deterioro vascular, como es el caso de personas diabéticas.

Sin fijaciones con tornillos, placas o agujas

Una vez realizadas las técnicas quirúrgicas propias de cada cirugía y para conseguir un adecuado proceso de osificación se necesitan una serie de condiciones específicas cómo suficiente irrigación sanguínea, estabilidad mecánica, entorno anatómico estable y sin daños o el contacto de hueso con hueso. Para ello no se necesita material de osteosíntesis cómo puede ser placas, tornillos o agujas, utilizando como sistema de retención fijaciones externas y fijaciones intrínsecas