Espolón calcáneo / Fascitis plantar
¿Qué es?
La fascia plantar es una estructura de forma triangular, fibrosa, plana y de grosor considerable, que se encuentra en la planta del pie y su principal acción es la de mantener y estabilizar la bóveda del pie.
La fascitis plantar es una talalgia muy común que cursa con dolor en el talón y en muchas ocasiones, limita la vida diaria.
El espolón calcáneo es un crecimiento del hueso en el talón, exactamente en la cara plantar del calcáneo, donde se inserta la fascia plantar.
El espolón calcáneo suele ir asociado a la fascitis plantar. Cuando hay un desequilibrio en la posición de la fascia plantar, esta ejerce una sobrecarga y tensión excesiva sobre su inserción en el calcáneo, lo que genera microrroturas, inflamación de la zona y posteriormente calcificación de las fibras de la fascia y el espolón calcáneo.
Sintomatología
Las manifestaciones clínicas de la fascitis plantar se basan el dolor característico provocado por la reacción inflamatoria de la fascia:
- Su localización se sitúa en la cara interior del talón, en la banda medial de la inserción de la fascia. Puede irradiar por toda la banda de la fascia hasta llegar a los dedo.
- El dolor es insidioso; en los estadíos más tempranos comienza de forma gradual y empeora con el tiempo
- El dolor es más intenso al ponerse de pie por la mañana o al levantarse después de un largo periodo de reposo que se calma al caminar un rato.
- El dolor puede ser severo al iniciar una actividad deportiva o estar mucho tiempo en bipedestación (de pie) que se calma tras un periodo de calentamiento.
Cabe destacar que el espolón calcáneo no produce dolor en sí mismo, la calcificación o exostosis que se produce en la zona es una causa y no una consecuencia del proceso inflamatorio de la fascitis y genera dolor en respuesta a la inflamación de los tejidos circundantes. Con la excepción de que se fracture el espolón.
¿Cuales son las personas que tienen más incidencia de padecer fascitis plantar?
Existen factores que pueden incrementar la probabilidad de padecer esta enfermedad y por lo tanto del espolón calcáneo:
- Factores predisponentes de tipo anatómico como tener el pie plano – pronado o el pie cavo.
- Factores predisponentes de tipo funcional:
- Por un acortamiento del tendón de Aquiles
- Cambios en la biomecánica de la marcha
- Debilidad de la musculatura plantar.
- Otros factores predisponentes:
- Sobrepeso
- Bipedestación o deambulación prolongada con calzado inadecuado
- Actividad deportiva en superficies muy duras
Diagnóstico
El diagnóstico de la patología se realiza por medio de una exploración clínica y biomecánica, además de unas pruebas complementarias, si son necesarias, como es la ecografía o radiología
Tratamiento conservador
- Limitación de la actividad cotidiana y deportiva
- Cambio de calzado a uno con suela blanda, amortiguada y con algo de drop o desnivel
- Terapia antiinflamatoria y analgésica; mediante el tratamiento con antiinflamatorios orales y/o la aplicación de hielo en la zona dolorosa.
- Pérdida de exceso de peso para ayudar a la fascia a soportar menos presiones.
- Soportes plantares a medida que ayudaran a paliar la presión que soporta la fascia, mejorando la distribución de las cargas y, en caso de que haya alteraciones en la biomecánica del pie, se recomienda una plantilla correctora
- Vendajes neurofuncionales que ayudan a disminuir las cargas y presiones que soporta la fascia plantar
- Terapia física mediante estiramientos y rehabilitación del Sistema Aquíleo – calcáneo – Plantar
- Infiltraciones:
- Infiltraciones con corticoides: son una opción cuando existe mucho dolor, pero no deben repetirse y deben realizarse ecoguiadas.
- Infiltraciones con plasma rico en factores de crecimiento o PRP: se puede utilizar en los casos en los que existe rotura parcial de la fascia plantar, bursitis o tejido desvitalizado. Lo óptimo es realizar una infiltración cada una o dos semanas, con un total de tres.
- Infiltraciones con colágeno: El colágeno es una proteína presente en diferentes tejidos del cuerpo, como en la fascia, aporta hidratación, resistencia y flexibilidad a los tejidos.
Es un tratamiento eficaz para las patologías musculares ya que proporciona alivio de dolor, reparación de los tejidos y mejora el movimiento.
Una vez ha remitido el dolor se recomienda continuar con la tabla de ejercicios, para evitar recidivas de fascitis plantar.
Tratamiento quirúrgico
En aquellos casos en los que el dolor no ha mejorado mediante los tratamiento conservadores, debería plantearse el tratamiento quirúrgico, para la solucionar definitivamente la patología.
La cirugía de la fascitis plantar consiste en realizar un alargamiento de esta, para evitar las cargas presentes en la inserción de la fascia mediante un pequeño corte en la zona.
Esta intervención se puede realizar mediante incisiones de 1 a 2mm, sin necesidad de sutura posterior con técnicas de cirugía mínimamente invasiva.
Cuando existe, además, un espolón calcáneo, el tratamiento quirúrgico se realiza por la misma incisión que se ha practicado para la fascitis plantar, eliminando en el mismo acto, el crecimiento del hueso del talón.
¿Cómo es el postoperatorio de la cirugía de fascitis plantar?
Tras la intervención el paciente se va a casa caminando con un zapato posquirúrgico que deberá llevar alrededor de 15 días y con instrucciones precisas de que hacer hasta su primera cura, que será al segundo o tercer día de la cirugía. Cuando se retire el zapato posquirúrgico y, durante aproximadamente un mes, se utilizará calzado deportivo ancho y plano, sin drop, tacón o cuña.
Una de las características de este tratamiento quirúrgico es su rápida recuperación, pudiendo regresar a las actividades rutinarias progresivamente. Normalmente, hacia el primer mes, el paciente podrá retomar actividades deportivas, acuáticas o de impacto.