TRATAMIENTOS
Pie de riesgo / Pie diabético. Valencia
Se caracteriza por presentar un elevado riesgo de padecer lesiones en los pies.
Normalmente debido a una o varias enfermedades sistémicas o trastornos, como es la diabetes, enfermedades autoinmunes, el alcohol o tabaquismo. Las patologías asociadas más comunes son las ulceras, atrofia muscular, deformaciones óseas y articulares o diversas infecciones, entre otras.
Debido a la complejidad de estas afecciones y a sus complicaciones, es importante una estrategia basada en la prevención, formación del paciente y un equipo multidisciplinar de profesionales.
¿Qué es el pie diabético?
El pie diabético es un pie de riesgo que afecta a las personas con una elevada cantidad de glucosa en sangre mantenida en el tiempo, independientemente de su tipo de diabetes.
Síntomas del pie diabético
El déficit de segregación de insulina por parte del páncreas provoca un aumento de glucosa en sangre que, mal controlada, ocasiona una disminución del riego sanguíneo periférico de piernas y pies (vasculopatía) y una alteración de sus nervios (neuropatía).
La neuropatía sensitiva provoca insensibilidad al dolor o/y a la temperatura, por lo que con un pequeño traumatismo como puede ser un corte o un calzado inadecuado, andar descalzo, entre otros, puede provocar una úlcera crónica.
La neuropatía motora se manifiesta con atrofia y debilidad de los músculos y deformidades en huesos y articulaciones de los pies, dando lugar una marcha anómala, callos y frecuentemente, aparecen hemorragias subcutáneas.
Independientemente de la causa, debido a la insensibilidad del paciente, este sigue haciendo su vida normal por lo que se agrava la úlcera y dificulta su cicatrización.
La enfermedad vascular periférica o vasculopatía, junto a un traumatismo menor, puede desencadenar una úlcera dolorosa.
No en pocas ocasiones los pacientes con úlceras diabéticas pueden sufrir neuropatías y vasculopatías (úlceras neuroisquémicas)
Tratamiento del pie diabético
Hay cinco elementos clave sobre los que se basa el tratamiento del pie:
- Inspección y exploración periódica del pie de riesgo: Todas las personas con diabetes deben someterse a una inspección de posibles problemas de pie al menos una vez al año. La ausencia de síntomas no significa que los pies estén sanos.
- Identificación del pie de riesgo: según la exploración realizada anteriormente.
- Formación del paciente y de su familia: Las personas con diabetes deben aprender a reconocer los posibles problemas del pie para prevenirlos y saber que hacer si se dan.
- Calzado adecuado: El calzado inadecuado es una de las causas principales de ulceración. Debe utilizarse calzado apropiado dentro y fuera de casa y que se adapte a las alteraciones biomecánicas y a las deformidades.
- Tratamiento de patologías
- Patologías no ulcerosas: Los callos y las patologías de uñas y piel se tratan periódicamente por especialistas. Cuando existan deformidades en huesos o articulaciones deben tratarse, siempre que no sea necesario o profiláctico, de manera no quirúrgica, como por ejemplo con la elección de un calzado apropiado y/o mediante plantillas diseñadas especialmente para ese paciente.
- Patologías ulcerosas: Cuando ya se ha producido una ulceración de la piel del pie es importante acudir lo antes posible a tu podólogo/a de confianza, el cual tiene un amplio arsenal terapéutico para tratar este tipo de lesiones.
Tratamiento del pie diabético
Hay cinco elementos clave sobre los que se basa el tratamiento del pie:
- Inspección y exploración periódica del pie de riesgo: Todas las personas con diabetes deben someterse a una inspección de posibles problemas de pie al menos una vez al año. La ausencia de síntomas no significa que los pies estén sanos.
- Identificación del pie de riesgo: según la exploración realizada anteriormente.
- Formación del paciente y de su familia: Las personas con diabetes deben aprender a reconocer los posibles problemas del pie para prevenirlos y saber que hacer si se dan.
- Calzado adecuado: El calzado inadecuado es una de las causas principales de ulceración. Debe utilizarse calzado apropiado dentro y fuera de casa y que se adapte a las alteraciones biomecánicas y a las deformidades.
- Tratamiento de patologías
- Patologías no ulcerosas: Los callos y las patologías de uñas y piel se tratan periódicamente por especialistas. Cuando existan deformidades en huesos o articulaciones deben tratarse, siempre que no sea necesario o profiláctico, de manera no quirúrgica, como por ejemplo con la elección de un calzado apropiado y/o mediante plantillas diseñadas especialmente para ese paciente.
- Patologías ulcerosas: Cuando ya se ha producido una ulceración de la piel del pie es importante acudir lo antes posible a tu podólogo/a de confianza, el cual tiene un amplio arsenal terapéutico para tratar este tipo de lesiones.
Consejos para el cuidado de los pies
- Inspecciona los pies diariamente
Observa a diario los pies para detectar la presencia de ampollas, grietas o erosiones.
- Higiene y limpieza
Lava, seca e hidrata muy bien la piel sin frotar. No apliques crema entre los dedos. No pongas esparadrapo directamente en la piel.
- Visita a tu podóloga/o
Hazlo regularmente y si detectas una úlcera, ampolla o herida, acude de inmediato
- Evita lesiones
No uses instrumentos cortantes o punzantes como tijeras o cortaúñas. Acude a tu podóloga/o para cortar las uñas y durezas. No uses callicidas ni camines descalzo.
- Evita temperaturas extremas
Mantén los pies calientes en invierno y con calcetines. No apliques calor directamente.
- Tipo de calcetines
Utiliza siempre calcetines de tejido natural, anchos y sin costuras para facilitar la circulación
- Calzado adecuado
Debe ser de puntera redondeada, acordonado, con tacón bajo y antideslizante. Debe ser cómodo, transpirable y flexible.
- inspección del calzado
Inspecciona el interior del calzado con tu mano para detectar rugosidades o imperfecciones que puedan lastimar el pie. Si son nuevos, utilizarlos poco a poco para que se amolde el pie